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Cómo hacer que un perro deje de ladrar en el apartamento

Mientras usted está en el trabajo, su perro sufre solo en casa. Ladra, aúlla, araña la puerta y usted tiene que atender las quejas de los vecinos. ¿Qué hacer con un perro infeliz que está encerrado en el apartamento todo el día? ¿Cómo destetarlo gradualmente de los ladridos?

Ladrar es una herramienta de comunicación perfectamente natural para un perro. Ladra cuando está contento, expresa su alegría al verle o intenta advertir a su dueño de un peligro. Pero no siempre es deseable. Si un animal está desesperado todo el día en un apartamento vacío, es probable que nadie se alegre por ello. Los vecinos, usted, incluso él mismo. Pero, ¿cómo solucionarlo?

Encontrar la causa de los ladridos

Aullar, ladrar y destrozar la casa en ausencia del dueño suele hacer que el perro acabe en un refugio. Para evitar tener que recurrir a una solución tan dura, intente averiguar cuál es la causa del comportamiento en primer lugar.

A veces, un cambio de régimen puede ser la razón. Si al principio el dueño presta mucha atención a su mascota, pasa días enteros con él, permite que se fije mucho en él, y luego empieza a ir a trabajar con normalidad al cabo de una semana o quince días, puede que el perro no sea capaz de asimilar este cambio repentino.

Puede sentirse abandonado y aburrido. Una vez que se acostumbra a tener a su dueño todo el día, sufre ansiedad y miedo en un piso vacío, sobre todo si ni siquiera es posible salir a correr por el jardín.

 

¿Cómo adiestrar a un perro para que no ladre en un apartamento vacío?

Antes de dejar a su perro solo, es importante pasearlo y reconfortarlo. En primer lugar, asegúrese de darle tiempo suficiente antes de ir a trabajar, por ejemplo, y de que haga un buen ejercicio. Un perro aburrido y desinteresado no augura nada bueno. No tiene sentido empezar el adiestramiento si no hace suficiente ejercicio.

  • En el momento en que decida que debe intervenir, practique las órdenes ¡Quieto! y ¡A su sitio! No debe asociarlas con su marcha.
  • No pegue al perro. Acechando a puerta cerrada y pegándole en cuanto lloriquee, sólo conseguirá fomentar su miedo y ansiedad.
  • Deje que se acostumbre a que usted esté lejos de él. Aumente gradualmente la distancia y el tiempo de su ausencia. Una vez que domine el ejercicio a pocos metros, trasládese a un lugar donde pueda oírle pero no verle, para que pueda practicar la estancia. De este modo, paso a paso, conseguirá ponerse detrás de la puerta cerrada. Para empezar, deje la televisión o la radio encendidas.
  • Manténgalo entretenido. Cómprele algunos juguetes para que no se aburra. Puede probar con juguetes inteligentes o dispensadores inteligentes, por ejemplo, que permiten a los dueños ejercitar y recompensar a sus mascotas directamente desde el trabajo.
  • Apueste por un collar antiladridos. Mediante un pulso electrostático o una grabación de voz, el adiestramiento será mucho más fácil y eficaz.
  • Recuerde siempre que la paciencia da sus frutos. Con algunos perros el adiestramiento es fácil, otros pueden tardar más. En definitiva, no pierda la cabeza y consulte a un veterinario.